sábado, 31 de octubre de 2009

All Souls' Day





ESCENA II
( Don Juan, Centellas, Avellaneda y la estatua de don Gonzalo )

Centellas. ¡Jesús!

Avellaneda. ¡Dios mío!

Don Juan. ¡Qué es esto!

Avellaneda. Yo desfallezco. (Cae desvanecido)

Centellas. Yo expiro. (Cae lo mismo)

Don Juan. ¡Es realidad o deliro!.
Es su figura ... su gesto.


Estatua. ¿Por qué te causa pavor
quien convidado a tu mesa
viene por ti?

Don Juan. ¡Dios! ¿No es ésa
la voz del Comendador?

Estatua. Siempre supuse que aquí
no me habías de esperar.

Don Juan. Mientes, porque hice arrimar
esa silla para ti.
Llega, pues, para que veas
que, aunque dudé en un extremo
de sorpresa, no te temo,
aunque el mismo Ulloa seas.

Estatua. ¿Aún lo dudas?

Don Juan. No lo sé.

Estatua. Pon, si quieres, hombre impío,
tu mano en el mármol frío
de mi estatua.

Don Juan. ¿Para qué?
Me basta oírlo de ti;
cenemos, pues, más te advierto ...

Estatua. ¿Qué?

Don Juan. Que si no eres el muerto,
no vas a salir de aquí.
¡Eh! Alzad.
(A Centellas y Avellaneda).

Estatua. No pienses, no, que se levanten, don Juan,
porque en sí no volverán
hasta que me ausente yo.
Que la divina clemencia
del Señor para contigo
no requiere más testigo
que tu juicio y tu conciencia.
Al sacrílego convite
que me has hecho en el panteón,
para alumbrar tu razón
Dios asistir me permite.
Y heme que vengo en su nombre
a enseñarte la verdad,
y es: que hay una eternidad
tras de la vida del hombre.
Que numerados están
los días que has de vivir,
y que tienes que morir
mañana mismo, don Juan.
Más como esto que a tus ojos
está pasando, supones,
ser del alma aberraciones
y de la aprensión antojos,
Dios, en su santa clemencia,
te concede todavía
un plazo hasta el nuevo día
para ordenar tú conciencia.
Y su justicia infinita
porque conozcas mejor,
espero de tu valor
que me pagues la visita.
¿Irás, don Juan?

Don Juan. Iré, sí,
más me quiero convencer
de lo vago de tu ser
antes que salgas de aquí.
(Coge una pistola).

Estatua. Tu necio orgullo delira,
don Juan; los hierros más gruesos
y los muros más espesos
se abren a mi paso; mira.
(Desaparece la estatua, sumiéndose por la pared)

* Don Juan Tenorio - José Zorrilla *

1 comentario:

Mael dijo...

MLa primera de las fotos no me convence el retoque de las flores, se le nota demasiado el toque de color y no queda maquillado. La de la estatuilla si queda bien el detalle. saludos