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viernes, 6 de enero de 2017

El Mimo



En la orilla, las olas, jugueteaban suavemente con mis pies y hacían que se hundiesen cada vez un poco más. Éstas, a la vez que arrastraban la arena que quedaba entre sus dedos creaban diminutos canalillos, riachuelos y meandros de sal y espuma repletos de brillos del cielo.
Algunas pulgas de agua furiosa y saltimbanqui  picaban  aquí o allá; otras, huían despavoridas antes de que el gigante moreno las aplastase.
Mientras miraba relajadamente el horizonte, el intenso azul turquesa del mar y el sol hacía de las suyas en mi espalda, achicharrándome; una mano se posó en mi brazo:

-          “Tengo una poesía que quiero que leas” (era Chus que se apuntó a venir a la playa ese día).  Sin dejarme apostillar continuó diciendo: “y si te apetece, me gustaría que le pusieses una de tus imágenes”.
-          ¿Y de qué va Chus? – Le pregunté.
-          De sensaciones, de cariños, de mimos…
-          Mmm… Y ahí me quedé hasta este día.

En verano, por aquello de vivir en la costa, además de sentir alivio a la intensidad de sol, tengo el privilegio de poder oler la sal, de percibir la brisa marina, de ver los colores cálidos de los atardeceres… Aquel día, de la misma forma me sentí doblemente afortunado ya que disfruté con la compañía de tres "MIMOsas" sirenas: Manuela, Mariajo y Chus.

domingo, 22 de junio de 2014

cumpleaños Zoe


lunes, 19 de mayo de 2014

PODEMOS, un mitin ILUSIONANTE

 
 
 
 
  
 
 
 
 
Desde que tuve conciencia de la visita que haría Pablo Iglesias a mi ciudad, supe que iría a verlo. Hace meses, de alguna u otra forma, y no siempre fortuitamente, acabo recalando los viernes noche en el programa de La Sexta en el que él asiste como tertuliano.
 
Hoy, escuchando a los oradores, certeros, claros, atrayentes que acompañaron a Pablo Iglesias; viendo la respuesta que recibía de los que asistimos y las energías que se movían alrededor de él tras acabar el acto, comprendí del miedo que decía que le tienen los grandes partidos a PODEMOS.
Hoy tuve conciencia de que con Pablo Iglesias, si PODEMOS.
 
Durante el acto, uno de los ponentes nos dejo caer un cuento, una fábula, la cual aquí dejo:
 
 
Fábula del Colibrí 
Aquel día hubo un gran incendio en la selva.
Todos los animales huían despavoridos.
En mitad de la confusión,
un pequeño colibrí empezó a volar en dirección contraria a todos los demás.
Los leones, las jirafas, los elefantes…
todos miraban al colibrí asombrados,
pensando qué demonios hacía yendo hacia el fuego.
Hasta que uno de los animales, por fín, le preguntó:
 “¿Dónde vas? ¿Estás loco?
Tenemos que huir del fuego”.
El colibrí le contestó:
“En medio de la selva hay un lago,
recojo un poco de agua con mi pico y ayudo a apagar el incendio”.
Asombrado, el otro animal sólo pudo decirle :
“Estás loco, no va a servir para nada. Tú solo no podrás apagarlo”.
Y el colibrí, seguro de sí mismo, respondió:
“Es posible, pero yo cumplo con mi parte.”

domingo, 9 de marzo de 2014

in memoriam from Paco de Lucia

 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cuenta atrás

 
"A medida que van pasando años"
 
A medida que van pasando años
se llevan las maletas más cargadas,
es fácil que no nos sorprenda nada,
y queramos huir de desengaños.
 
A medida que van saliendo canas,
se van dejando atrás los sueños vanos,
se van entristeciendo los veranos
es fácil despertarse en la desgana.
 
A medida que nos hacemos viejos
miramos con más odio los espejos
que nos infectan cada cicatriz.
 
Lo suyo es escaparse del rebaño,
para entender lo que nos hace daño,
y vivir cada año más feliz.
 

sábado, 24 de noviembre de 2012

Día internacional contra el maltrato: "Palabras para ellas"

 
 

Mientras el rinrineo del teléfono se hacía notar insistentemente, a trompicones y con la luz apagada fui dando tumbos por el pasillo. Al entrar en el salón, el repetitivo y machacante sonido, había hecho mella en mí. Estresado, aceleré el paso y me lancé a cogerlo antes de que sonara por novena o décima vez. Fue entonces cuando al descolgar el auricular, sin prestar atención a la pequeña mesilla que nos separaba, la fortuna me visitó regalándome un brutal y doloroso golpe en la rodilla. Como pude, y a la vez que me manoseaba como un poseso, contesté con la voz entrecortada:
-          ¿Síííí….?  - el clásico dígame que siempre le acompaña, me lo tragué con lo un quejido y un puchero.
-          Hola amor mío - al otro lado de la línea telefónica y ajena al percance que se había producido, la voz de Chus, sonaba cálida, acogedora y profunda.

Entrecerré los ojos e inspiré fuertemente creyendo que con ello aliviaba el dolor. Sin embargo éste se encontraba en ebullición, manteniéndome perdido entre el sufrimiento y el goce. A mi mente se me vino la absurdez del refran “sarna con gusto no pica”; después de todo, me había dado en el hueso del gusto.
-          ¿Estás ahí? –pregunto
-          ¡Sí, sí, estoy! hola Chus.
-          ¿Te sucede algo?
-          No, no que va...

Tres días antes, Chus (www.chusfeteira.com) me había mandado un correo con un archivo adjunto de uno de sus últimos alumbramientos poéticos.
En él, me pedía que le diese mi opinión, a la vez que solicitaba de mi colaboración para presentar al público a la criatura. Quería que fuese acompañada con una fotografía, y esta decía: "tienes que hacerla tú."
No era la primera vez que Chus me demandaba ayuda. Desde que me auto presenté después de haberla oído recitar sus poemas en la plazoleta de San Isidro; ambos habíamos cooperado el uno con el otro.   Incluso nos habíamos planteado hacer cosas juntos.
Volví a abrir el correo y releímos junto el poema. Le dije lo que opinaba, lo que me trasmitió la primera vez que lo leí, y le pedí que me la leyese. Quería sentir la fuerza de lo escrito  desde su propia voz. Sabía que con ello, aún si cabe más, la poesía se crecería.
Hablamos de como fue la concepción; de la percepción que tuvo un día en una de sus guardia, allá en urgencias donde trabaja. Del cómo y sin palabras, tuvo entendimiento, comprensión y mucho de sensibilidad  y afecto para quien queriendo ocultar lo evidente, hacía esfuerzos aún más dolorosos para mantener el anonimato del sufrimiento -a saber por qué motivos- .
Hablamos de la vileza del ser humano, de la maldad, del maltrato en todos sus tipos y formas, del la crueldad del dominante, así como de la capacidad de aguante y terror del ser agredido.
Hablamos de la capacidad de destrucción que tienen las personas para con los demás, para consigo mismo.
Tres semanas han pasado desde aquella conversación, y aún hoy sigo teniendo un tono azulón en la rodilla; aunque ni me duele ni  me importa. Sin embargo, se me viene a la mente el sufrimiento de mujeres como aquella que llegó llena de marcas y magulladuras externas e internas.  Golpes estos que dejan huellas mucho más dolorosas, mucho más profundas. Esas que ni pasando días, semanas, meses o años, desaparecerán. Marcas que  no se borrarán nunca.
(Chano R. Muñoz)