Se han unido los últimos exámenes de curso con las presentaciones de manualidades en concursos y en exposiciones de talleres de actividades extraescolares.
Sesiones de entrenamientos maratonianos para los últimos partidos de liguillas con ensayos repetitivos y monótonos para los bailes y actuaciones de final curso.
Fiestas de despedidas de compañeros/as con quedadas y encuentros para los preparativos para la semana que se nos viene encima.
Pero sobre todo y a pesar de que a muchos, por no decir la mayoría, las pasadas semanas les han llegado a desbordar tanto como para quitarles tiempo al descanso, incluso, a veces yo diría, que casi para respirar, he visto en este entorno: alborozo y alegría.
LA TOMBOLA
Mientras, y casi a la par, a los pies de la escalinata de Las Palomas, la plaza de toro de mi ciudad, ha ido creciendo una pequeña villa. Inicialmente de estructuras, toldos y andamiajes pero que al final, lo más tardar ésta misma noche, quedará montada como una hermosa y gran tarta con miles de luces de colores y con cientos de sonidos que se entrecruzarán. El cante, el baile, las charlas y risas, llevarán a la misma gente que arriba menciono, como en un arrebato final, a poner a sus cansancios, estreses y agotamientos: la guinda. ¿Álguien da más...?
MONTANDO EL LÁTIGO
Pero ojo, que no se nos olvide. Que para que esto suceda, han sido muchas las horas trabajadas, los descansos no obtenidos, el agotamiento acumulado, los sueños truncados, las prisas impuestas, los costes hipotecados, la incertidumbre entre perdidas o ganancias de la semana. La lejanía de la familia, de los amigos; así como los sudores que han humedecido por cientos de trabajadores de distintos pueblos la tierra donde ahora se asienta esa bonita villa.
EL DESCANSO DEL "GUERRERO"
Va por ellos, por los que hacen posible que cada final de primavera mi ciudad se vista de color, luces y alegrías. Para ellos mi saludos y mejores y venturosos deseos a su paso por esta tierra, por esta feria; por esta vida.